Cuando me maquillo me pongo bonita para mí, y no lo entienden. Cuando digo que no quiero ningún piropo, no lo entienden. Cuando voy por la calle y me comen con la mirada, y acelero el paso, no lo entienden. Cuando he tenido que huir de bares y cambiar de garito porque me estaban tocando sin consentimiento, no lo entienden. ¿Y qué hay que entender?
Que las mujeres no somos objetos, no nos ponemos bonitas para nadie, no buscamos la aprobación de nadie, tenemos miedo cuando nos persiguen con la mirada, cuando nos tocan el culo en la barra de cualquier bar, cuando salimos de casa y no sabemos si vamos a volver a llegar. ¿Lo has entendido?
Pues no vuelvas a gritarme por la calle lo guapa que estoy, no me mires fijamente porque me estás intimidando, no me toques cuando no te he dado permiso. Respétame, que en ti está que pueda salir a la calle y esta vez pueda dejar el miedo en casa.
