Los camiones y las grúas limpian y socavan el barranco que hay entre Loma Colmenar y la calle Este del Príncipe. En el local de la asociación de vecinos, van llegando empapados uno a uno hombres del barrio. «Es como si te pasan una bandeja de langostinos delante de la cara y tienes hambre», se lamenta Yassin, el portavoz de esta comunidad

Las obras de Arcos Quebrados podrían ser una oportunidad laboral para vecinos y vecinas de una zona en la que casi todo el mundo arrastra el desempleo como una losa de la que la familia no puede tirar. Cuatro niños y seis años de desempleo, cinco y nueve años. Ven como a algunos «ya no les dejan ni sellar» y pierden ayudas.
Desde la asociación de vecinos de calle Este intentan promover cursos y actividades sociales en el barrio para dar oportunidades a todo el mundo, pero sobre todo jóvenes. Estos llegan a la edad laboral y muchos a los veintitantos no han cotizado nada. Ante esto, oficios negros, en negro y con una alta probabilidad de terminar en la cárcel. Pero al menos es una salida, vienen a decir los hombres que esta mañana han despertado con algo que hacer: ir a hablar con los de la obra.

La asociación controla la conflictividad nacida de la frustración
Aunque entienden que los operarios que llevan a cabo las obras delante de su barriada también son el último eslabón del sistema productivo, están dispuestos hasta a paralizar las obras si así pueden conseguir que alguien de calle Este pueda entrar a trabajar.

«Pedimos un empujón para esta gente, para sacar a los chavales de la delincuencia», dice Yassin, que sentencia que «si no hay trabajo, no hay trabajo para nadie». A la concentración entre el fango de la obra se suman poco a poco también las mujeres, que asienten a todas las reivindicaciones de sus vecinos. Las historias se repiten: subsidios miserables y a sobrevivir de la solidaridad vecinal. Además, afirman que entre los dos planes de empleo, el de la Ciudad y el de Delegación, sólo se han colocado a dos trabajadores de calle Este. «En Ceuta si no tienes padrino, no te bautizan», dice una vecina.

La obra la gestiona Africana de Contratas y Construcciones S.L, una empresa ceutí que a su vez ha encomendado el levantamiento de tierras a Áridos y Transportes del Estrecho S.A. Se trataría de un contrato mayor para una nueva canalización de residuos en esa zona, por tanto, con la empresa del Agua municipal, Acemsa, detrás. Un vecino asegura haber entregado el currículum a ACC en varias ocasiones pero que le han dicho que se tiene que contratar a través del SEPE, mientras que el vecindario ve que otras barriadas que han hecho más ruido y menos pacíficamente han conseguido gente en las obras urbanas en sus calles.
El Príncipe ve como la burocracia pasa por delante de la realidad social. No tienen trabajo pero no deja de haber actividad productiva en la barriada. Ante esto, se plantan y esperan ser escuchados.