«La educación sigue siendo sesgada, pensada para los chicos, portadora y transmisora de unos géneros estereotipadas que perpetúan y naturalizan diferencias y desigualdades». Así lo cree que Carmen Heredero de Pedro y lo plasma Marina Subirats en el prólogo de «Género y coeducación», libro presentado esta tarde en la Biblioteca Pública del Estado
Heredero de Pedro es filóloga y docente, vinculada al CCOO, sindicato editor del libro. Para la autora, la clave para terminar con la violencia de género es la educación, y en ella está clave para entender las actitudes machistas. «No es un problema congénito de los varones«, sostiene Heredero, sino es un tema educacional. En esta línea, a los hombres «se les exige demostrar la virilidad», y cuando no lo hacen, en edades muy primerizas, vemos como el grupo les tacha de «afeminados».
La obra sostiene que los libros de texto tienen escasos modelos femeninos en todos los ámbitos y ayudan a perpetuar los estereotipos de género. Carmen Heredero recuerda que en la Ley Integral del 2004 estaba previsto cambios fundamentales en la educación que, aún previsto en la LOE, nunca se han puesto en marcha.

Las tres etapas de la educación feminista
En el libro la sindicalista hace un repaso por las tres fases más importantes de la educación femenina. La primera vez que se abre en España la escuela a las mujeres fue en 1783, con Carlos III como monarca y alcalde de Madrid. Entonces se abrieron 32 módulos para niñas pobres con estudios enfocados a ser amas de casa y madres. También se les daban bases de costura para introducirlas en la «incipiente industria textil».
La segunda etapa empezaría en 1857 con la Ley de Instrucción Pública o Ley Moyano, que consiguió en 40 años casi igualar los porcentajes de escolarización de niños y niñas hasta la adolescencia. Aun así, no es hasta el siglo XX que se considera llegar a «la plena inclusión» de las mujeres en la escolarización pública. El siguiente paso sería educar en igualdad.

Una presentación en un día emblemático
Carmen Heredero ha querido recalcar el hecho que la presentación de su trabajo coincida con el 25 de Noviembre. Afirma que «la coeducación tiene mucho que ver en cómo evitar la violencia machista«. Porque «con cárceles y más cárceles no se soluciona» un problema que considera social, «la muestra más grave de la discriminación femenina».
En el mismo acto presentado por Ana García, Comisiones Obreras ha repartido los premios a los micro relatos contra la violencia de género y el público que ha llenado la sala de usos múltiples de la Biblioteca también ha podido asistir a un debate sobre la educación en la lucha contra la violencia contra las mujeres.
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